¿Saben?
Hace ya muchos meses, mientras componía y grababa el disco, presagié que las estructuras de las canciones harían del disco una producción de no tan sencilla “digestión”. Y creo que es lo que me está ocurriendo en estos tiempos.
A pesar de que muchos de nosotros somos unos verdaderos melómanos, ¿seguimos precisando tanto de las estructuras convencionales de la música más mediatizada en esta parte del globo?
Cuando componía, tenía más ganas de decir cosas… antes que de repetirlas. Y fue allí donde mis canciones comenzaron a tornarse en un discurso –aunque suene algo ufano, creo se dirigieron con ese “norte”- circunscrito por música, antes que en una típica estructura intro/estribillo/coro/estribillo/coro/fin.
Cierto que la música, música es. Y cierto es que de alguna manera ya estamos determinados por aquellos agentes que se nos inmiscuyeron en el inconsciente durante la configuración de nuestras respectivas personalidades. Quizá debí tomar más en cuenta esto. Quizá estuvo bien que así me nacieran las canciones.
Más allá de esto, estoy satisfecho al no sentir que lo dicho y lo sonado están desligados. Siento, muy subjetivamente, y por el contrario, que todo es una sola amalgama que avanza a lo largo de la reproducción de cada pista. Claro, que no suele tener los semáforos en las esquinas en las que podríamos estar habituados. Espero puedan acomodarse y entenderme, amig@s.
Genial Camilo. Nos vemos el Viernes.!!! Incio
ResponderEliminarEstupendo Jose, los espero.
ResponderEliminarUn Abrazo,
Camilo.