marzo 02, 2010

Ayuda para Chile... ayuda para Perú.

El gobierno peruano ha enviado muchas toneladas (6 aviones hasta ahora) de ayuda a Chile. Realmente el escenario de desastre es crítico y se necesita ayuda humanitaria inmediata.

Por otro lado, desde que inició el año 2010, la sierra del Perú (las regiones de Cusco, Puno, Huancavelica, Ayacucho, Junín, entre otras) ha recibido los durísimos embates de las lluvias, deslizamientos y desbordes de ríos, generando más de 26.000 personas damnificadas (personas que lo perdieron todo) y 117.000 afectadas (quienes no perdieron todo pero sí gran parte de sus posesiones y medios de subsistencia).

Al día de ayer (1 de marzo), el estado peruano reportó 10.087 viviendas destruidas y 28.894 viviendas afectadas -no se sabe qué porcentaje de estas últimas estarían inhabitables - como producto de todos estos escenarios de desastre en lo que va del año.

El 15 de febrero de 2010, el diario El Comercio (uno de los más serios del Perú) afirmó que en la región Ica se ha construido solo 10.000 viviendas de las más de 43.000 destruidas por el la catástrofe del terremoto del 15 de agosto de 2007. Cuánta gente todavía padece, cuánta.

Si apreciamos las cifras y calculamos un poco apenas, podemos entender la lentitud con la que el gobierno dará respuesta a estas actuales emergencias: unos 3 ó 4 años, quizá… y sin tomar en cuanta otros factores como la recuperación de los medios de vida (la cantidad de hectáreas de cultivo y ganado perdido y/o afectados se cuenta por millares también)….. quizá peor aun.

Sí, peor aun, porque el gobierno peruano, ha decidido no solicitar ayuda a la comunidad internacional, aduciendo que “la capacidad de respuesta nacional no se ha visto sobrepasada”.

Es cierto que el estado puede poseer los medios financieros para dar la respuesta, pero está lejísimos (créanme, demasiado lejos) de poseer la capacidad organizacional y logística para implementar acciones de respuesta que satisfagan las urgencias de toda la población afectada y damnificada. Lejísimos de poder gestar una recuperación temprana digna. En otras palabras, urge con gran evidencia la ayuda de la cooperación internacional. Ya sea para dar muchísimo apoyo técnico y así agilizar las acciones de respuesta o para venir con financiamiento incluido e implementar acciones inmediatas, lo importante es que algo de esto suceda ya, porque tantos miles de seres humanos no pueden permanecer así. Esta es una catástrofe silente, lamentablemente porque no se toman las decisiones adecuadas desde los niveles más altos del gobierno central. Demasiadas instancias de gobierno precisan que es urgente el apoyo de la comunidad internacional (institutos nacionales, gobiernos regionales y provinciales, entre otros), pero “Donde manda capitán…”…

Entre la catástrofe de Haití y la de Chile, sin el llamado formal por parte del gobierno peruano, temo mucho un desenlace terrible y desapercibido: los pobres se empobrecerán más y nadie habrá hecho nada, nada sustancial.

Entiendo perfectamente a nuestros hermanos chilenos y siempre consideraré muy necesaria la ayuda que el Perú le está haciendo llegar… pero al mismo tiempo, suplico por los que no tienen voz, allá en las alturas de la sierra, y que temo se queden solos, desatendidos en sus urgencias más transparentes.

Camilo.

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